En sus primeros viajes a Londres después de que se hiciera pública su relación sentimental con el príncipe Harry, la ahora duquesa de Sussex consiguió pasar inadvertido por la ciudad e incluso ir a comprar al supermercado poniéndose una gorra de béisbol y ropa informal.
Su cuñado el príncipe William utiliza el mismo truco cuando quiere salir a la calle de incógnito, y por esa misma razón esperaba que nadie le reconociera hace unas semanas mientras trataba de vender ejemplares de la revista Big Issue, que recauda fondos para las personas sin hogar.
"Me sorprendió la cantidad de gente que me ha visto con el chaleco rojo de Big Issue en la puerta de Sainsbury's. Normalmente puedo ir por la calle con una gorra de béisbol y nadie me presta atención. Pero todo el mundo fue muy amable, ¿verdad?", ha explicado en una entrevista concedida a Dave Martin para el último número de la publicación.
El nieto de Isabel II es muy consciente de que lo tuvo más fácil de lo normal a la hora de desempeñar el papel de vendedor por un día porque hacía buen tiempo, lo cual mejora el humor de la gente en general, y además cuenta con la ventaja añadida de que nadie se atreve a faltarle al respeto al futuro rey, al menos a la cara.
"Tengo la suerte de ver lo mejor de la gente cada vez que me encuentro con ella. Me muestran su mejor sonrisa. Dave, tú probablemente veas lo peor de la gente", ha reconocido Guillermo. En cualquier caso, él se habría arriesgado a afrontar el tipo de experiencias desagradables que han compartido con él otros vendedores porque disfrutó mucho. "Podría haber pasado muchas más horas ahí fuera con vosotros", ha asegurado.